miércoles, 2 de septiembre de 2009

La incompetencia de la Consejería de Educación

"Esto no puede estar pasando."
Eso es lo que he pensado cuando esta mañana he ido a entregar la credencial a mi "nuevo" instituto, el IES Poeta Sánchez Bautista (Llano de Brujas, Murcia) y me han dicho que eso no era posible, que no podía estar en ese instituto porque no había horas para mí. Así que claro, con una mezcla de sorpresa, incredulidad y desasosiego he tenido que dirigirme a nuestra querida Consejería, para que me den solución.
Allí, tras las oportunas colas y esperas (y alguna más, porque el sistema informático se había colapsado), llego a la mesa de información dirigida al personal de secundaria y expongo mi problema en busca de solución. Transcribo íntegramente un fragmento de la conversación, porque no tiene desperdicio:

Profesor sin destino: A ver qué se puede hacer, porque en julio cuando elegí el destino tenía acceso a casi todos los centros que se ofertaban y fíjese ahora con lo que me encuentro.

Funcionario afable: No me cuentes qué podías haber elegido, porque si me hubiera tocado la lotería yo no estaría aquí ahora mismo.

Con esas palabras y un "Váyase a su casa y ya le llamaremos, a ver si sale algo. El compromiso de la Consejería es intentar encontrar algo de similares características" me han dejado, con la credencial en la mano y la cara de incredulidad.
Parece ser (según el instituto, porque a mí nadie me ha explicado aún qué está pasando) que la administración ha ofertado una plaza que no existe porque es la misma que una ocupada por una profesora que confirmó destino.


Y así me encuentro, sin centro adjudicado a 2 de septiembre, sin explicaciones por lo que ha pasado y sin soluciones, al menos de momento. Sé de buena tinta que varios profesores siguen el blog, así que agradecería cualquier comentario; no creo que sea justo que ahora me envíen a cualquier centro por un error de la administración. Mañana me acercaré a varios sindicatos para buscar asesoramiento y ayuda.

Mientras tanto estaré aquí en mi casa, con el teléfono bien cerca por si llaman (nadie sabe cuándo puede ser... ¡Qué emoción!), esperando que me den destino o que me toque la lotería. Bueno, dejemos la lotería para el afable funcionario que me atendió, que yo me conformo con que me den trabajo.

El sabio Homer Simpson ya nos enseñó que la incompetencia aparece de repente, cuando menos te lo esperas.

2 comentarios:

  1. Me creo todo lo que me cuentes. No lo sufro, pero lo veo a mi alrededor, con casos parecidos al tuyo y algunos peores (con cambio de destino a mitad de curso). No sé si es mejor acudir a los sindicatos o al inspector de turno, porque cuando te tocan personalmente estas cosas, la justicia y la ley son cosas bastante alejadas.
    Te deseo suerte.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu comentario, y esperemos que todo se arregle...

    ResponderEliminar